martes, 17 de septiembre de 2013

Angelín de la Belía, tallista y pintor



Faustino Ángel Fernández Cerra, «Angelín de la Belía», jubilado de Ensidesa, aficionado al cultivo de la huerta, el jardín  y los árboles frutales,  feliz en el monte escuchando la cirrica y el reitán, nace el 17 de mayo de 1937, en el lugar de la Belía, (Vilía o Velilla)[1], hijo de Ángel y de Josefa.

Su abuelo paterno era carpintero,  pero la afición artística le viene más por la rama materna: En la familia de mi madre eran artistas… un pariente, Saturnino Cerra[2] es actor y unos primos de Gijón eran tallistas y pintores.” “Cuando el  Emperador Carlos V desembarcó por error en Tazones (Villaviciosa), camino del monasterio de Yuste, un antepasado de mi madre  le regalo una talla que representaba a cinco gochinos mamando de una gocha. Y parece ser que,  aunque el obsequio fue bautizado como “una gochada”, al emperador le gusto.[3]
           
A los 8 años, mientras lindiaba las vacas sentado en un prao, tomando como modelo un llavero que había sacado en un tiro de feria,  hizo, a punta de navaja, su primera talla. Se trataba de la imagen de una virgen que, en alusión a la madera en que esta tallada, bautizó como "La Virgen del Nogal,  y que aun conserva.
Los trabajos y quehaceres diarios no le dejaron tiempo para dedicarse a esta prematura vocación, que tendría que esperar para desarrollarse hasta cumplidos los 40 años. Fue entonces cuando en un improvisado taller en la pontonal del hórreo de la Plana, con la luz del poste, dos gubias, dos formones y mucha paciencia, dio relieve a una tabla que había encontrado a la orilla del río Nalón. De ahí salió "El Corazón de Jesús".

Mas tarde vendrían  una Virgen, medallones, escudos, bandejas, marcos,  empuñaduras …. Desde entonces y hasta ahora, siempre de manera autodidacta,  ha ido perfeccionando su técnica. Trasladó el taller de la pontonal del hórreo de la Plana al sótano de su casa de la Quintanona, frente a la Fontanina,  donde, sobre todo en invierno y en días de lluvia, le pasan las horas, frente al banco de trabajo, al que un antiguo alumno de Ranón, al que trasmitió sus conocimientos  altruistamente durante una temporada, y que acabó dedicándose a la restauración,  le colocó unas ruedas para acercarlo a la puerta y aprovechar mejor la luz natural. Agachado sobre una pieza de madera, golpeando con paciencia, con mucha paciencia,  y delicadeza  la gubia «Mifer» traída de Galicia, del pueblo de Fraga, con una maceta regalo de Javier de Riolavega,  especial para los golpes precisos. Para los otros, los más rudos, para devastar, tiene otra mas pesada, de hierro. Comprobando la simetría de la talla con el compás y el calibre, rodeado de  buriles, formones gubias y cinceles, comprados en las Artes de Avilés, de carpetas con dibujos,  bocetos y patrones,  tan absorto en su trabajo  que es muchas veces  la voz de Rosa, su mujer —“¿¡Subes o qué!?”—, la que le tiene que recordar que no sólo de arte vive el hombre.

La madera con la que más a gusto trabaja es el fresno, sin desmerecer al castaño y al nogal, peroel nogal es complicado de encontrar; hubo muchos en la finca de la Isla, pero hubo una época, hace años, en que debió de estar especialmente buscada esta madera porque  se vendieron todos,  y se aprovechaba hasta la raíz, la cual  arrancaban usando excavadoras. El castaño, para que se le puedan sacar piezas que sirvan para la talla,  tiene que tener de cuarenta años para arriba.” “La madera para que se trabaje bien, tiene que estar cortada en su tiempo, cuando la savia esta baja, sino, no limpia”



 Siente gran admiración por otros dos artesanos locales con los que tiene muy buena relación: Juan del Castillo y Javier de Riolavega.
           
En la pintura se inició por culpa de Javier el de Chilín[4]que, a finales de los años ochenta, era concejal en Muros de Nalón y le invitó a participar en una exposición. Allí entabló relación con Juan, un pintor de Mieres, que sería su maestro durante los años 1989 y 1990.

Dibujo hecho en la escuela con Don Daniel
El dibujo le había atraído desde niño y  en la escuela de Riberas, con el maestro Don Daniel, había fomentado esta afición; pero es en las clases de este pintor mierense donde tiene el primer contacto con el óleo.  Más tarde comenzará a asistir a  clases, en la Casa de Cultura de San Esteban de Pravia,  con la pintora Lucía Iglesias, de Cudillero, clases a las que sigue asistiendo en la actualidad.

La  mayoría de sus cuadros son reproducciones de obras de otros autores. Tiene especial predilección por la obra de Pascual Tejerina[5]. Su estilo es clásico y realista hasta en los más mínimos detalles, lo que nos hace dudar a veces si estamos ante una foto o ante un óleo. Como anécdota que ilustra esta precisión en el detalle,  recuerda como después de pintar una a una las más de doscientas tejas que había en los tejados de un hórreo y una casa tradicional asturiana,  su profesora le ponderó lo bien que le había quedado el humo de la chimenea.


La obra de Cerra,  expuesta en numerosas ocasiones y dispersa por múltiples lugares como Tineo, Cuenca o Venezuela,  está realizada, sobre todo,  con mucho amor, lo que la hace única e irrepetible.

Escudo del apellido Fernández-Cerra Peláez


Escudo de Soto del Barco


Escudo de Pravia

Escudo de Muros de Nalón

Playa de Silo
Escudo de Castrillón
Playa de Los Curas

Escudo de Candamo


Escudo de Asturias
Escudo Constitucional de España
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Escudo de Pravia
Arca


Detalle del arca

Detalle del arca
  
Percha que simboliza un  homenaje al castaño


Virgen y peana
en madera de texu
de Santander

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Cristo en madera de texu
Bandeja y cascanueces


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Medallones



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Ruxideros. especie de sonajeros artesanales realizados
según las indicaciones de Esteban el de Engracia

Escudo a la espera de apellido
Trabajando en su última talla




El texto de este artículo esta escrito a partir  de la entrevista realizada a Angelín el 10 de septiembre de 2013 en su casa. Las fotografías, que no hacen justicia a las obras,  fueron hechas, unas  en su casa  durante esa  entrevista, y otras a las obras expuestas en la Sala de Exposiciones de Puerta del Mar en San Juan de la Arena el 26 de marzo de 2013.

[1] La Belía, Vilia, Velilla o Belilla. Respecto al origen de este  topónimo, D. Antonio Juan De Bances y Valdes, en su obra, varias veces citada en este blog, “Noticias históricas del Concejo de Pravia”, escrita en la Bouza en 1806, enumerando las capillas que había en Riberas, hace referencia a Nuestra Señora de la Belilla en Monte de Rey.

Por otro lado el termino “Belía” también se utilizaba antiguamente para designar al conjunto de todos los rebaños de un pueblo. Así en un trabajo de Miguel Peña Sanz del año 2006 titulado “Los Pastores en las reglas, capitulaciones y ordenanzas para el buen gobierno de los pueblos Maragatos” en unas ordenanzas de 1692 encontramos las siguiente reglas:
BELIA DE BUEYES Y BACAS. El pastor que no las saque bien, pague por cada vez un real …
  BELIA DE YEGUAS. Si no las lleva por su sitio acostumbrado el pastor ha de pagar la pena de un real.
  BELÍA DE CABRAS. Si el pastor no las lleva por el sitio acostumbrado , pague la pena de un real.
   -si se pierde alguna:
     - de más de dos años, pague 5 reales.
     - hasta dos años, dos reales y medio.
     - si se pierde el cabrito al nacer, medio real.”

Teniendo en cuenta que un poco más arriba está “La Cebedal”, podemos especular con la posibilidad de que esta acepción de la palabra Belía esté en el origen del topónimo.
Saturnino Cerra
[2] Saturnino Cerra Pendás. Pintor y actor nacido en Sebreño (Villaviviosa) en 1924. Participó en un centenar de películas como actor secundario. Rodó con Buñuel «Tristana» y trabajón con estrellas como Anthony Queen, Sofía Loren y Clint Eastwood.

[3] Carlos I de España y V de Alemania viajó a España en septiembre de 1517 para ser nombrado Rey a sus 17 años. El lugar previsto para el desembarco era Laredo, en Santander, pero una fuerte tormenta desvió la flota hasta las costas asturianas y arribó a Tazones (Villaviciosa) el 19 de septiembre.
[4] Javier Blanco Cascallar, hijo de Germán y de Marcelina de la Bernadal.
[5] Pascual Tejerina, Sebastián. Pintor gijonés (9  de diciembre de 1924 – 14 de septiembre de 2003)